Sergey Kislyak

El fútbol bielorruso es uno de los más débiles de toda Europa. Siempre con algún talento suelto como el caso de Alexandr Hleb, pero siempre con serios problemas para impactar algo de miedo a sus rivales. Y es que poco se ve que venga desde abajo. La mayor promesa nadie duda que es Anton Putsilo, o "Putilo", según la lengua en la que sea pronunciado. Un jugador técnicamente impresionante y con capacidad para fabricarse jugadas de ensueño de la nada. Algunos, desde la liga rusa intentan mejorar a un nivel parecido a los propios rusos, pero en la mayoría de los casos no acaban de destacar. Otros, desde los equipos punteros del país, donde el fútbol evidentemente tiene un nivel peor que mediocre. Si preguntas a alguien por nombres de equipos bielorrusos probablemente no pase de nombrar al Dinamo de Minsk o al BATE Borisov por la única razón de que jugó hace poco la Champions League. Pese a todas las contrariedades, pudimos ver a la selección de Bielorrusia en el último europeo sub-21, un europeo de mucho prestigio y en el que cayeron como era lógico en la primera ronda del campeonato, aunque dejando detalles puntuales. Curioso es que Putsilo fuera suplente en el equipo, y quien destacó por encima de todos en ese equipo tampoco fue el prometedor Sergey Krivets, sino un jugador más desconocido que dejó gratas sensaciones. Hablamos del mediocentro Sergey Kislyak (06-08-1987).
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Nació en Kamyanyets, un pequeño pueblo de la actual Bielorrusia. A sus 21 años, nunca ha salido de allí, jugando desde muy joven en el Dinamo Minsk, donde ingresó en 2004 en el primer equipo pese a su prematura edad, aunque tomando un papel bastante importante hasta alcanzar la titularidad durante las temporadas que ha estado jugando en el equipo de la capital del país. Anteriormente había progresado en el filial del RGUOR. Con 21 años, ya suma más de 100 partidos a nivel profesional, así como una treintena de convocatorias con la selección sub-21 de Bielorrusia, en la que es una de las grandes estrellas y esperanzas. En el europeo fue el máximo goleador del equipo, con dos tantos, y es que pese a jugar como centrocampista es un futbolista con llegada y que hace varios goles por año. Antes de alcanzar la categoría nacional en la que se encuentra, había participado con igual buena pinta en las categorías sub-17 y sub-19, pero es ahora cuando está terminando de demostrar que puede ser un jugador a tener en cuenta, no solo dentro del país, donde como comentaba no es demasiado difícil destacar, sino también fuera, pues la exportación de jugadores bielorrusos al resto de países europeos es escasísima.

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Kislyak es un centrocampista de carácter ofensivo, aunque generalmente ubicado en el centro y no adelantado. De 1'80 metros de altura, no es un jugador demasiado físico, pero que sabe luchar la pelota cuando el contacto físico está presente. Hay que comentar que pese a que tiene una mentalidad atacante, es un futbolista que ayuda mucho atrás, de hecho lo pudimos ver en el europeo junto a Sivakov algo más atrasado y dejando más libertad de ataque a su compañero Krivets. Luchador, que retrasa su posición para intentar darle salida al balón desde zonas más defensivas y que por lo general busca la lógica y no el eludir el peligro. Algunas veces se precipita en sus pases, pero ha demostrado ser un jugador cuya mayor baza no es una buena técnica individual o un buen físico, sino su gran golpeo de balón. Tiene capacidad de mover la pelota, de organizar un poco el juego en el centro del campo, pero igualmente es muy peligroso porque llega en segunda línea con autoridad. Es un especialista en los disparos desde larga distancia, así hizo el considerado mejor gol del europeo sub-21, el tanto que le marcó a Suecia. Aparece en la frontal y aparece también dentro del área para rematar, no tiene miedo a ir al choque con los centrales con la condición de tener la posibilidad de alcanzar la pelota. Otra cosa que busca mucho son los desplazamientos de balón a las bandas en largo, donde comete errores, pero se le ven maneras y descaro.

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Considerado por la UEFA como el mejor futbolista de la selección sub-21 de Bielorrusia durante el europeo, Kislyak ha terminado de demostrar que es una de las serias perlas de un país pobre futbolísticamente, pero siempre con luz al final del tunel. Apuesto a que no en demasiado tiempo veremos a Hleb, Krivets, Putsilo y Kislyak todos juntos en la selección absoluta, con lo que el equipo ganaría muchísimo en el aspecto ofensivo-creativo del juego, pero siguiendo con sus enormes lagunas defensivas. Sus 21 años y su valor inferior al millón de euros lo hacen atractivo para equipos que siempre piensan en futuro. Una apuesta arriesgada, por supuesto, pero siempre lo digo y lo seguiré diciendo durante toda mi vida, si no apuestas, no puedes ganar.