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Nació en Barakaldo, localidad situada en el País Vasco, en España. Ciudad muy conocida por los amantes al fútbol vasco ya que allí se forman buena parte de los jugadores que acaban jugando en el Athletic. No fue el caso de Ramalho, quien directamente entró en el equipo juvenil del conjunto de los leones. Y decía que curiosa es su historia porque como todos sabrán el conjunto bilbaíno tiene por uno de sus estandartes la normativa propia de que solo podrán vestir la camiseta del club aquellos jugadores nacidos en el País Vasco o Navarra o bien de descendencia de los mismos. No se llega a la excepción con Jonás porque él ha nacido en Baskonia y su madre es vasca, pero al ser su padre angoleño, de debutar con el primer equipo se tratará del primer jugador de color en la historia del club que juega con el Athletic. Lo mejor es que es uno de los jugadores más queridos y mimados por el club y sin lugar a dudas una de las grandes esperanzas de la enorme cantera de Lezama. Éste año ya ha estado jugando con el equipo B en la 2ª División B española con solo 16 años y en el Europeo sub-17 es el auténtico líder de la defensa y uno de los hombres más destacados del cuadro de Ginés Meléndez. Anteriormente había jugado con el equipo sub-16 nacional.
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Ramalho es un polivalente defensor cuyo puesto natural es el de central pero que también se puede acoplar perfectamente a la posición de mediocentro defensiva o incluso al lateral diestro, donde su entrenador Joaquín Caparrós ya lo ha probado varias veces. Sin ser un jugador excesivamente alto (1'80 metros) podemos hablar de un central muy seguro en el juego aéreo. Su potencial físico y su capacidad de salto le permiten siempre adelantarse al rival y saltar más que él. Es un jugador muy serio, comprometido y con un alto grado de concentración que le aventaja en la marca a los contrarios. Muy rápido, contundente y con los conceptos tácticos bastante bien aprendidos. Su labor es sobria y además nos deleita con su buena salida con el balón desde atrás. Sale con velocidad, quizás a veces arriesgando más de la cuenta pero con la capacidad necesaria para salir el paso ante la presión y tocar con sentido a la altura del centro del campo. Aguerrido y pegajoso en el marcaje, siempre va sin miedo al choque y es complicado superarle. Sus aptitudes son perfectas para convertirse en un central de primerísimo nivel, además de su buen toque de balón y aires de liderazgo. Si le sumamos la polivalencia que ofrece y luego miramos su edad nos damos cuenta de que estamos ante un jugador muy bien formado ya para los años que tiene. Es probable que el año que viene ya lo veamos por Primera División con Caparrós.
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Todo parece pintar bien para éste chaval del cual se ha hablado en Lezama durante casi todo el

1 comentario:
primera vez que escucho de este jugador, pero por lo que mencionas, creo que puede llegar a ser un jugador para equipo grande!
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